El día a día con la mejor sonrisa!

Ha amanecido, un día lluvioso, un día no muy alegre, sin saber por qué hoy empiezas el día sin una sonrisa. Quizá sea por el tiempo, por la falta de luz al paisaje de tu ventana. Entonces es cuando te preguntas que por qué te sientes así, simplemente hoy no ha salido el sol, no hay por qué preocuparse pero tu interior no hace caso a tus reflexiones consoladoras y sigues con aquel estado desganado y entonces repasas el día de hoy, lo que harás por la mañana, por la tarde y por la noche, a ver si encuentras en él algo especial que te haga llevar el día con entusiasmo, pero descubres que hoy es un día cotidiano como cualquier otro, no te espera ninguna aventura y entonces sientes unas ganas tremendas de vivir alguna, hoy, este día más que ningún otro pero qué puedes hacer, que aventura quieres correr...no lo sabes, lo único que sabes es que quieres vivirla, vivirla como sea. Te miras en el espejo, quieres ponerte en marcha, sin darte cuenta te sientes mejor que hace 5 minutos y en tu reflejo ves que has sacado sin saber por qué una sonrisa de oreja a oreja.